cambian su vestuario los arcanos
investigadores alrededor
sacudiendo escapes
taciturno entrecejo
sumido en la hipótesis destino
cada número del calendario
hambriento insaciable
me muevo, no amparo respuestas
a la luz proa sin llave
como cuando era pequeña
degustaba por horas un chocolate jack
y el mundo se ponía incomodo
perturbado por esa pachorra de elegía…
está la profundidad tempestuosa de un siglo raro
el gato poseyendo la cama destendida
textos en faros
un armador interno de quijotes
doce meses de quijotes impares
estremeciendo.
2 comentarios:
No sé porqué, te vi tomando café y mirando por una ventana la profundidad de ese siglo raro que a veces se vuelve tan superficial a pesar de lo profundo.
Creo que proyecté en tu poema algo que me quedé haciendo ayer, café y ventana de por medio, intentando textos (los míos quijotitos, por cierto) pero creyéndose quijotes y estremeciendo.
Hoy es mi día de suerte, he leído dos blogs que me han dado una sensación de ahhhhh placer por la lectura.
Besos!
Que bueno, Pato! un abrazo!
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