Ser espía del tiempo
es no dejar que su milésima partícula
haga uso y abuso de nuestros cuerpos vagabundos
almas a las que siempre les falta algo
un punto suspensivo
salvaje horizonte entre ruido y silencio
esa entidad circular que nos convierte en niebla
avance y repliegue
nuevamente avance
otro paso
pero la brújula ya no se encuentra en el mismo sitio
un sinnúmero de minutos gastados dan cátedra
reminiscencias colectivas
nuestras sutilezas han variado
ni somos navegantes de sangre helada
ni virtuosos espías
no, apenas si logro transportar
esos matices de forastera del azar y el instinto
sentidos que todo indagan
corazón desguarnecido.
1 comentario:
Me hiciste reflexionar sobre la posibilidad de ser forasteros de nuestro propio cuerpo.
Hay tantas ofertas tentadoras hoy día que muchos caen en eso, no me interesa salir de mi y desalojar mi cuerpo, quiero quererlo y cuidarlo y no dejar desguarnecido a mi corazón.
Me gustó que con tus versos me hayas ayudado a relfexionar esto, me has alegrado el día.
Besos.
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